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Datos protegidos para seguir en carrera hacia la transformación digital
Por: Juan Francisco Aguilar, General Manager at Dell EMC México

Una escudería de Formula 1 que realmente quiere ganar podría contratar al mejor piloto, desarrollar tecnologías de comunicación entre el conductor y el equipo e invertir fortunas en investigación y desarrollo para dar un formato aerodinámico óptimo al vehículo, pero no logrará ningún resultado si desatiende al motor del auto que estará en competencia. Lo anterior resulta tan obvio que hasta da cierta vergüenza ajena verlo escrito. Sin embargo, muchas empresas están transitando el camino hacia la transformación digital bajo esa misma idea: la de no prestar la debida atención uno de los elementos esenciales que las llevarán hacia el éxito: la protección de los datos.
Muchas empresas están transitando el camino hacia la transformación digital sin prestar la debida atención a la protección de los datos.
El problema no es menor: el último Global Data Protection Index, elaborado por Dell EMC a partir de 2.200 encuestas a tomadores de decisiones en áreas de IT de 18 países, demuestra que el volumen de datos administrados en las compañías creció nada menos que un 569% en apenas dos años: en 2016 era de 1,45 petabytes; en 2018, alcanzó los 9,70 petabytes. Nada hace pensar que esta explosión esté en vías de atenuarse ni mucho menos de detenerse. Pero no solo eso: el 76% de los encuestados experimentó alguna disrupción durante los doce meses anteriores a la elaboración del informe y, en un mundo en el que muchos líderes continúan guiando sus decisiones según la creencia mitológica de “a mí nunca me va a suceder”, un 27%, es decir, más de uno de cada cuatro, confesó que sufrió una pérdida de datos irreparable. Esa cifra, en 2016, había sido de casi la mitad: 14%. Las pérdidas son millonarias: un poco más de US$500.000 para los que experimentaron algún tipo de inactividad (el promedio de disrupción es de 20 horas y afectó, además, la confianza de los clientes, el valor de la marca o la productividad de los empleados) y US$1 millón para quienes perdieron datos (en promedio se “esfumaron” 2,13 terabytes).
¿Apocalipsis? ¿El final está cerca? Nada de eso. Simplemente, es hora de agudizar la atención y de poner manos a la obra. En un mercado tan dinámico, en el que las amenazas también cambian a gran velocidad, es imprescindible actualizarse a menudo. Apenas un 16% confía en que su infraestructura de protección está lista para resolver retos futuros y un 45% tiene dificultades para encontrar soluciones adecuadas para tecnologías más nuevas, como la inteligencia artificial o machine learning.
En un mercado tan dinámico, en el que las amenazas también cambian a gran velocidad, es imprescindible actualizarse a menudo.
El informe, incluso, nos da algunas pistas para ganar algo de optimismo: el 57% de las organizaciones ya puede considerarse como “adoptantes”. En este grupo aparecen las empresas que están empezando a invertir para monetizar sus datos, que tienen soluciones aptas para resolver desafíos futuros, que utilizan la nube pública para protección de datos, que muestran tiempos de recuperación de entre 2 y 6 horas y que cuentan con niveles aceptables de compliance, entre otras cosas. Hace apenas dos años, solo el 9% había alcanzado este rango. Además, hay que sumar un 12% de líderes, con lo cual casi siete de cada diez empresas están hoy solventes respecto a este punto.
Queda mucho camino por recorrer, pero por suerte son cada vez más las empresas que hacen el quiebre cultural y notan que proteger los datos es clave para ver la bandera a cuadros ondeando al final del camino de la transformación digital.
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